Mucho ánimo Auras! Ya solo quedan 4 seguidores para conocer lo que ocurre en ADPI, asi que no dejeis de pasaros por El Club de Fans de A Dos Pasos del Infierno. Hoy no me enrollo mucho por que estoy trabajando en el capítulo numero 10 de Secretos a Gritos, lo tendreis mañana en el blog.
¡Buen Karma!
POR CIERTISIMO! VERONICA HA HECHO UNA RESEÑA DE A DOS PASOS DEL INFIERNO Y ME GUSTARIA QUE LA LEYESEIS Y DIERAIS VUESTRA OPINION.
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Capitulo 4-Plan del viernes noche
Mientras Mathew acariciaba mi cabello yo intentaba dejar de sollozar respirando hondo una y otra vez. Al cabo de pocos minutos dejé de llorar, me sentía bien al lado de Matt, era esa conexión especial que tenía con él la que me hacía sentir que pasase lo que pasase todo iba a salir bien.
-¿Estás mejor?-Sonrió levemente con una sonrisa tímida y apenada.
-Sí, gracias.-Le dije aún recostada sobre su pecho. Aún estaba mojada de coca-cola.-Oh perdona te estoy manchando la sudadera-Empecé a separarme cuando él me retuvo sonriendo.
-No te preocupes.-Dejé que me retuviera manteniéndome aún contra su pecho. Matt tenía cara de niño bueno, por eso se vestía con ropa de skater o de rockero, según le pillara el día, y también por esa razón aprendió a tocar el bajo y entró en un grupo de música. Hacía todo eso solo con tal de escapar de toda la pijería de su familia, pero ni sus ropas ni sus costumbre le habían librado de ser uno de los chicos más solicitados y populares del Midwood College.-No te preocupes por lo que ha pasado ahí dentro, dentro de unos cuantos días nadie se acordará de ello.
-Supongo que sí-dije- pero me preocupa más que mi novio intente destrozar al mejor amigo de mi hermana y ésta se dedique a insultarle cada dos por tres.- Matt hizo un gesto de comprensión, y a continuación dijo:
-La verdad es que no se por qué sales con él, no es por nada pero te mereces algo mejor.
-Él me quiere Matt, pese a lo que diga la gente sé que él me quiere, y eso es lo que me importa.-Le dije mirándole seriamente a los ojos.
-Pero a veces, cuando queremos a alguien nos cegamos y creemos ver lo que queremos ver, cuando en realidad no es así.-Miró a lo lejos, ya no parecía que estuviera hablando sobre mí.
A unos cuantos metros de nosotros alguien se aclaró la garganta, los dos giramos el rostro al mismo tiempo. Diuke estaba de pie apoyado contra las taquillas, Matt y yo nos levantamos tranquilos, ni él ni yo teníamos nada de lo que escondernos o avergonzarnos.
-Te veo luego.-Me dijo Mathew mientras me daba un fugaz beso en la mejilla y se encaminaba hacia la posición de Diuke.- Adiós Diuke.-El aludido hizo un gesto con la cabeza y en cuanto Matt hubo desaparecido se acercó hasta mí.[L1]
-Lauren lo siento,-dijo con expresión torturada mientras yo miraba hacia un lado.-Pero no podía permitir que dijera eso de nosotros, que la gente pensara eso.- Entonces le miré con la comprensión en el rostro, él se acercó a mí y rodeó mi cintura con sus brazos.- Pero en realidad no me importa lo que piense la gente, yo te quiero a ti y solo a ti, quiero que lo tengas en cuenta. Y bueno sé que te molestaba que tu hermana y yo nos peleásemos constantemente así que he hablado con ella, le he asegurado que te quiero y que nunca te haría daño y hemos hecho las paces.-Puse cara de sorprendida, la verdad es que eso no me lo esperaba.-Entiendo que quizás no quiera perdonarme por lo de hoy pero…
Hice que se callara alzándome de puntillas para alcanzar sus labios y besarle apasionadamente, él me alzó agarrándome de la cintura y yo entrelacé mis dedos en sus cabellos. No nos despegamos el uno del otro en varios minutos.
-Tengo una idea-le dije mientras jugueteaba con sus dedos mientras estábamos sentados fuera del instituto, nos habíamos saltado las dos últimas horas de clase.-¿Por qué no vienes hoy a pasar la noche a casa? Es viernes, y mis padres no estarán ni hoy ni mañana en casa.-Una amplia sonrisa recorrió su rostro.
-Me parece una gran idea.-Dijo mientras rozaba mis labios levemente.
Llegamos a casa antes que Marsha ya que nos fuimos antes de que sonara el timbre para recoger las cosas de Diuke en su casa. Después de dejar todo en mi habitación bajamos a la cocina.
-¿Quieres tomar algo?-Le dije mientras sacaba un cuenco de fresas de la nevera y empezaba a comérmelas una a una. Él se acercó sonriendo de forma traviesa hacia mí.
-Me conformo con un poco de esto.-Me susurró mientras empezaba a recorrer las curvas de mi cuello con sus labios, el contacto me hacía cosquillas y no pude evitar reírme, él se separo sonriendo. Acercó su rostro hasta que estuvo solo a unos centímetros del mío, yo había dejado de sonreír y él me miraba serio. Entonces agarró una de las fresas del cuenco y la agarró con los dientes por la mitad, dejando fuera la otra, y sonrió. Yo tampoco pude evitar no sonreír mientras agarraba la otra mitad de la fresa con los dientes. Entonces me agarró por la cintura para sentarme encima de la mesa apartando a un lado el cuenco de fresas. Yo rodeé su ancha cintura con mis piernas mientras le besaba y rodeaba su cuello con mis brazos.
-¡Huy! Perdón, no sabía que ya estabais aquí.-Sobresaltados miramos hacia la puerta de la cocina. Un sentimiento de alivio y a la vez de vergüenza me recorrió al ver a mi hermana de pie junto a la puerta agarrando con una mano sus libros y con la otra las llaves de su Ferrari.-Ya me voy solo quería coger una botella de agua.-Dijo mientras apresuradamente sacaba un botella de la nevera.
-No pasa nada.-Le dije con una risa nerviosa. Con la botella en la mano volvió a salir por la puerta mientras agitaba la otra a manera de despedida mientras gritaba:
-¡Divertiros!
En cuanto mi hermana desapareció no pude evitar volver a atrapar el rostro de Diuke para volver a besarle. Sus labios tenían un sabor dulzón debido a la fresa con azúcar, recorrí sus curvas con la lengua saboreándolos y no pude evitar hincarle el diente, él rió divertido. Entonces se oyó un sonido ensordecedor y me bajé de la encimera para coger el teléfono.
-¿Diga?- dije mientras reía por lo bajini debido a los besos que Diuke me daba en el cuello.-Ah, ¡hola Matt!-dije animada.- ¿Una fiesta? ¿A las diez?, pues no se…-Miré como pude a Diuke que me decía que no con una mirada de súplica. Volví a colocarme el auricular en la oreja.-Lo siento Matt pero no puedo, sí, yo también te quiero, adiós.-Colgué el teléfono y al girarme Diuke me miraba con expresión seria con los brazos cruzados sobre el pecho.
-¿Yo también te quiero?-Dijo.
-Venga ya, sabes que le quiero como amigo.-Le dije mientras le acariciaba el cabello.-Y sabes que a ti te quiero más.-Él sonrió tímido, yo me puse de puntillas para alcanzar su oído.- ¿Sabes que estás muy guapo cuando te pones celoso?-No le di tiempo a contestar cuando me giré mirando hacia atrás divertida mientras me dirigía hacia el enorme salón.
Apenas antes de llegar a la puerta doble de la sala oí como Diuke se acercaba rápidamente hasta a mí y sin casi tiempo a girarme me agarró por encima de las rodillas y me cargó en su hombro hasta el sofá, sobre el que me dejó caer. Antes de sentarse a mi lado agarró uno de los mandos de la mesita y encendió la enorme pantalla, giré la cabeza hasta el espejo que estaba colgado a mi izquierda a la altura del sofá. Me examiné el rostro, tenía los cabellos ligeramente alborotados y la raya de los ojos borrosa debido a las lágrimas de aquel día. Justo cuando iba a volver a girarme me percaté de que tenía una mancha en el cuello, le pasé el dedo por encima para frotarla pero permaneció intacta, era de un color rojo y violeta, como el de un moratón.
-¡Me has hecho un chupetón!-Acusé a Diuke mientras le señalaba con el dedo la visible mancha de mi cuello. Él la miró y comenzó a reírse a carcajadas.- ¡No tiene gracia!- le dije indignada mientras le daba un manotazo en el hombro.
-¡Oh pues claro que la tiene!-Dijo mientras me embestía y me rodeaba de modo que yo quedara presa entre sus brazos y bajo su cuerpo. Él hacía fuerza en las rodillas para que yo no tuviera que soportar todo su peso y empezó a besarme el cuello de nuevo, extendiendo esa mancha rojiza, al cabo de unos minutos la posición se volvió incómoda y él se giró de forma e modo que yo quedara encima de él.
Él tenía las manos en mi cintura y comenzó a deslizarlas por debajo de mi camiseta hasta llegar al pequeño broche de mi sujetador, separándome levemente de él no pude evitar soltar un risa nerviosa por lo bajo mientras le desabrochaba con algo de dificultad el primer botón de la camisa. Cuando por fin lo conseguí se oyó mi nombre proviniendo de las escaleras:
-¡Lauren! ¡Pregúntale a Diuke que quiere para cenar!-Suspiré.
-Joder…-Dije mientras me levantaba, salí al pasillo mientras inútilmente intentaba volver a abrocharme el sujetador por debajo de la camiseta, entonces tropecé con mi hermana que salía de la cocina mientras volvía a gritar mi nombre.
-Ah estas aquí, ¿ya sabéis….?-se detuvo cuando vio mi aspecto, abrió unos ojos como platos mientras por encima de mi hombro miraba al salón.- ¡¿Lo habéis hecho?!-exclamó.
-Ayúdame.-Le dije mientras me giraba y me levantaba ligeramente para que mi hermana pudiera abrocharme el sujetador.
-¿Pero habéis…?-insistió.
-No, no hemos…, gracias a ti no.-Le contesté yo mientras la encaraba de nuevo.-Gracias a ti no.
-Oye que no lo sabía, ¡solo quería saber que queríais para cenar!-dijo alzando los brazos con un gesto de exasperación.
-Pide una pizza anda, puedes coger dinero del bote de la encimera, pide una de jamón york y queso y una carbonara si quieres.
-Si mejor, porque ya sabemos lo que pasa aquí cuando viene tu novio a cenar, ¡eh Diuke!-dijo gritando por encima de mi hombro hacia el salón, allí se pudo oír a Diuke riendo por lo bajo.
Antes de que yo volviera al salón Diuke ya estaba entrando en la cocina y me rodeó la cintura por detrás. Giró levemente el rostro para observar como Marsha discutía sobre la masa de la pizza con el encargado.
-¿Por qué no nos escabullimos tú y yo un rato a tu habitación?-Me susurró al oído, yo reí nerviosa.
-Después de este corte se me han quitado las ganas.-Le dije con voz cansada. Él hizo un mohín y me giré para acariciarle el cabello, acerqué mis labios hasta su oreja y le susurré:-Pero mi hermana sale esta noche, y no habrá nadie en casa, estaremos solos, sin interrupciones.-Sonreí mientras me separaba y le di un beso en los labios.
-La pizza estará aquí en media hora.-Los dos nos giramos y miré a mi hermana con unos ojos como platos.-Mirad tortolitos no me miréis así, esperad a esta noche, ¿queréis?
Después de cenar Marsha se fue a la fiesta de Matt y Diuke y yo subimos a mi habitación, al entrar Diuke se desplomó boca arriba sobre mi cama dejando los pies colgando y me acerqué hasta allí sin ni siquiera encender la luz, la única luz que penetraba en el interior de la habitación era la plateada luz de la luna.
-Uf he comido muchísimo.-Dijo mientras se golpeaba su aún plana barriga.
-Y que lo digas, te has comido una familiar tu solo.-Le dije riendo mientras me quitaba los pendientes y los dejaba sobre la mesilla de noche. Cuando me los hube dejado Diuke me agarró de la muñeca y me hizo caer sobre él.
-Tu hermana se ha ido, ya no tienes excusa.-Me dijo al oído. La luz de la luna empapaba la mitad de su rostro y sus ojos brillaban en la oscuridad como dos estrellas en la noche.
-No busco ninguna excusa.-Le dije mientras sonreía levemente. Entonces empezó a besarme mientras sin vergüenza ni miramientos me quitaba la camiseta y la dejaba caer al suelo, mientras que yo, como pude, me quitaba los botines que golpeaban con un sonido sordo el parquet.
Cuando me deshice de mis apretados pantalones y de los suyos me fundí en él, sintiéndole mientras él recorría mis curvas una a una, entonces mi respiración se volvió acelerada. Siempre pensé que mi primera vez tendría que ser especial, y aquello no lo estaba siendo.
-Diuke…-empecé a decir mientras me separaba.
-¿Qué ocurre?-Dijo angustiado a la vez que molesto.
-No puedo.- Me senté mientras bajaba la cabeza de forma tímida y con un movimiento lento cogía mi camiseta larga del pijama.
-¿Qué pasa? ¿Es que no me quieres?-Alcé el rostro alarmada para mirarle.
-Pues claro que si.-Le dije frunciendo el ceño.-Es solo que… no estoy preparada.
-De acuerdo, está bien.-Suspiró, parecía molesto, pero intentó disimularlo.-No te preocupes, no hay prisa.- Dijo mientras me besaba fugazmente, a continuación se levantó y dijo.- ¿Quieres que me vaya?
-No, no.-Dije apresurada mientras me ponía de rodillas para estar a su altura.-Quédate, por favor.-Le cogí de la mano y la estreché contra mi pecho. Él sonrió y volvió a dejar caer sus pantalones en el suelo y empezar a abrir la cama para que pudiéramos meternos dentro. Una vez acomodados me rodeó con sus brazos y pude sentir todos y cada uno de sus músculos firmes a mi alrededor.
-Buenas noches mi amor.-Dijo a mi oído.
-Te quiero.-Le dije yo mientras acariciaba su brazo.
-Yo también.-Entonces suspirando cerré los ojos.
Algo vibró en la habitación, alcé la cabeza para mirar al suelo y pude ver la pantalla del móvil de Diuke brillando debajo del bolsillo de su pantalón. Cuidadosamente e intentando no despertarle alargué el brazo para agarrar el pequeño aparato. Entrecerré los ojos mientras mis ojos se acostumbraban a la luz, entonces por fin pude ver lo que ponía en la pantalla, un mensaje recibido. Le di al botón central y en el nombre del destinatario estaba escrito: Evangeline. Deslicé mis ojos hacia el texto tragando saliva, extremadamente nerviosa, y justo cuando iba a leer la primera palabra la pantalla dio un chispazo que me sobresaltó y el móvil se apagó, que extraño, pensé, creía que eso solo lo hacía mi móvil. Pulsé el botón de encender varias veces pero era inútil, había muerto. Aun nerviosa dejé el móvil encima del pantalón mientras estiraba el brazo para alcanzar el mío, miré la hora, eran las dos y media de la mañana, probablemente mi hermana seguía en la fiesta, la llamé. A los tres pitidos saltó el contestador, colgué, ¿dónde estaba cuando la necesitaba? Pensé en llamar a Matt pero en cuanto comencé a buscar su nombre en la agenda la pantalla de mi móvil dio el mismo chispazo que dio la del móvil de Diuke, menuda mierda de móviles, pensé.
Me levanté pesadamente de la cama con cuidado para dirigirme al cuarto de baño, al entrar encendí la luz cerrando la puerta tras de mí, me puse frente al espejo para mirarme la cara, no me había desmaquillado, pero tampoco pensaba hacerlo ahora, estaba nerviosa y no podía de dejar de darle vueltas al nombre de Evangeline, no había nadie con ese nombre en el instituto, me apoyé en el lavamanos e intenté tranquilizarme, las luces del baño tilintaron, ¿pero qué les pesaba a los objetos eléctricos?
Después de mirarme por última vez algo más tranquila volví a meterme en la cama junto a Diuke, que dormía profunda e inocentemente. Intenté despejar la mente y dejar que mis ojos se cerraran.
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Argggg, ¿qién es esa Evangeline? ¬¬
ResponderEliminari porqe los artefactos electricos funcionaban mal?
Necesito leeeeeeer! x)
Besos Lau
Wow, eso si que no me lo esperaba. I need to now more:) Pero antes estaría bien leer secreto a gritos, y q suerte q lo publiques mañana:)
ResponderEliminar¡por favor lidia,por favor alina!¡teneis qe llegar ya a los 15 seguidores,por favor!!!
ResponderEliminar¬¬
ResponderEliminareso de los artefactos electricos esta extraño.
y a mi diuka no me termina de parecer!, ese chico no es para ella, que bueno que no lo hiciera con el.
me ha encantado el capitulo, como lo definiste en tu aviso a mi blog le quedo perfecto, un capitulo comoletamente hot! y ni hablar de el gran misterio que empieza a sernirce sobre la trama.
besos!!
Ufff! NECESITO el siguiente capitulo cuanto antes mejor! xD
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