Capítulo 1- 22 de Junio

Hoy os traigo una nueva historia, sí, lo se, queréis más de Secretos o ADPI o Adagio, pero estoy totalmente atascada, así que de momento tendréis que conformaros con 22 de Junio, mi nueva historia y de la que tengo un par de ideas en la cabeza, este no es un capítulo muy largo, pero espero que os guste tanto como las otras historias.
PD: en cuanto pueda subiré el siguiente capítulo de A Dos Pasos del Infierno, que se que esta muy abandonada.
PD2: tengo algo que proponeros, os propongo que decidáis en cuantos capítulos queréis que acabe Secretos a Gritos, cuando pueda pondré la encuesta, mientras podéis dejar aquí vuestras sugerencias.
¡Buen Karma!


Capítulo 1- 22 de Junio
Miro por la ventana frunciendo el ceño, como llevo haciendo desde que hemos salido esta mañana. Hoy es 22 de Junio, empieza oficialmente el verano, debería estar contenta, ¿no? Con verme la cara os daríais cuenta de que no lo estoy.
Cierro la puerta del coche con fuerza y cojo mi maleta, sin pedirles a mis padres si necesitan más ayuda me dirijo a la entrada del que será nuestro apartamento durante los próximos dos meses, genial.
Mi padre tarda en encontrar las llaves del apartamento, yo cambio el peso de una pierna a otra hasta que por fin abre la puerta. No me paro a ver el resto de la casa, voy hasta la que se que será mi habitación, la única que tiene solo una cama. Entro, cierro la puerta con pestillo y me tumbo en la cama, quiero agarrar un cojín y gritar.
Debéis preguntaros a que se debe mi estado de ánimo, es fácil de explicar, iba a acabar el instituto y yo ya estaba haciendo planes para todo el verano junto con mis amigas, habíamos planeado ir de acampada durante un par de días, ir a diferentes proyecciones al aire libre, salir de fiesta, era el primer verano que pasaríamos todas juntas. Pero mis padres han decidido coger un apartamento durante los dos meses en una ciudad turística a seis horas en coche sin consultarme, ¿quiénes se creen que son para amargarme el verano de esa forma? Bueno, son mis padres, con eso basta.
-Nora-mi madre llama a la puerta.-Nora, ¿quieres comer algo?
-No.-Contesto, no estoy de ánimos para comer, lo único que me apetece es ir a dar una vuelta sin que nadie me moleste, sin pensar que el verano se me ha fastidiado. Sin pensarlo más me levanto de la cama, me acerco a la mochila que he dejado tirada en el suelo y saco mi Ipod.
Camino por el pasillo y por el camino veo a mis padres comiendo unos bocadillos improvisados en la vacía cocina.
-Voy a dar una vuelta, volveré para cenar.-Es lo único que digo antes de salir por la puerta, bajar las pocas escaleras que hay y salir al exterior. Normalmente no me comporto así, y si no estuviera tan molesta, probablemente no lo habría hecho.
No conozco la ciudad, o más bien pueblo por que no parece que sea muy grande, pero ya encontraré el camino de vuelta, me pongo los cascos y echo a andar.
Un par de calles más arriba veo una gasolinera, sigo andando, no parece que haya nada interesante para hacer, pero aun así sigo caminando, la melodía rápida de la canción me hace avanzar deprisa.
Me voy a pasar dos meses en este sitio, sin nada que hacer, sin mis amigas, sin planes, este verano va a ser un asco.
Entonces veo el mar, tranquilo, y eso me calma, miro a mi alrededor, hay una muralla con vistas al muelle accesibles mediante unas escaleras, de modo que sin dudarlo me dirijo hacia ellas. Cuando llego arriba me acerco al muro y me apoyo sobre él, mirando hacia el mar.
La música se para pocos segundos y se cambia la canción, esta me encanta. Sigo mirando hacia delante, como hemos llegado algo tarde ha empezado ya a oscurecer, de modo que en breves tendré que volver. No aparto la vista del mar, sus colores son entre azules y rosados, la verdad es que esas vistas son preciosas, esa es una de esas vistas que merece ser compartida con otra persona, pero yo no tengo a nadie, este verano no, tendré que conformarme con verla yo sola.
-¿Qué escuchas?-Oigo de fondo, de modo que me quito el auricular y giro la cara. A mi lado hay un chico, un chico alto, rubio y guapo.
-I Wanna, de The All American Rejects.-Respondo, normalmente, los chicos guapos no me impresionan,  y no por que se me acerquen a montones, si no por que creo que la mayoría se lo tienen demasiado creído, pero no se por que, él si lo hace.
-Estabas demasiado seria como para estar escuchando a los AAR.- Sus ojos azul noche me miran con diversión y su comisura izquierda se curva en una media sonrisa demasiado adorable.
-¿Lo conoces?-Le pregunto, y entonces pienso que al haberlos llamado por su nombre abreviado la pregunta es estúpida.
-Junto a I Wanna, It Ends Tonight y Move Along son mis favoritas.-Su sonrisa se vuelve más ancha. Los dos nos callamos y él sigue mirándome, yo, sin saber que hacer, aparto la vista.-¿Me vas a decir tu nombre?
Me giro sorprendida, no esperaba que fuera a preguntarme mi nombre, mi sorpresa debe de ser patente en mi mirada ya que el alza las cejas, divertido aún. Si hubiera sido cualquier otro chico probablemente habría alzado una ceja y me hubiera ido, pero su forma de preguntármelo es tan adorable que me siento obligada a decírselo.
-Nora.-El sonríe, pero no como si le hiciese gracia, solo sonríe.
-Encantado de conocerte, Nora.-Inclina la cabeza, pero no aparta los ojos de mí, lo que hace que me ruborice. Cuando vuelve a erguirse mira la hora.-Debo irme, se hace tarde-yo aprieto los labios, no quiero que piense que me desanimo por ello, aunque lo hago.- Ya nos veremos.
Vuelve a inclinar la cabeza antes de moverse y bajar por las escaleras, yo lo miro, esperando que se gire para mirarme una vez más, pero no lo hace.
Al cabo de cinco minutos miro el reloj, yo también debería volver a casa.