A Dos Pasos del Infierno- Capítulo 5

He aquí el quinto capítulo de A Dos Pasos del Infierno, para los que os gustaron los anteriores creo que quedaréis satisfechos con este nuevo capítulo, solo pido que ¡lo critiqueís!;D ¡BUEN KARMA PARA TODOS! :D ☮

Cerre con un golpe la puerta de mi loft antes de precipitarme hacia el interior. Había decidido quedarme a pasar la noche en Sofía aunque el trayecto de vuelta solo me llevara media hora volando.
-Hola preciosa, como te ha ido en Bulgaria?-Hice caso omiso de la presencia de Ellery mientras dejaba mis cosas sobre la mesa del comedor, no iba a perdonarle fácilmente que me hubiera dejado sola con esto, cierto que los demonios somos embusteros y traicioneros pero para mi eso no era excusa, tampoco cuestione el hecho de que estuviera en mi apartamento mientras yo no estaba, ya que sabia que no podía robar nada que el mismo no pudiera conseguir. Empece a abrir la maleta y a sacar las cosas de su interior cuando note como Ellery se levantaba del sofá para colocarse justo detrás de mi, note su mirada verdosa sobre mis cabellos. suspire.
-Creo que necesitas una distracción.-No necesite volverme para averiguar que una media sonrisa asomaba ya por su rostro ni para adivinar el significado de sus palabras. Me decidí por una vía de escape rápida.
-Estoy maldita,Ellery.
-que suerte que eso no me importe.-Note como las llemas de sus dedos apartaban mis cabellos de forma delicada y a continuación como sus labios recorrían lentamente la curvatura de mi cuello para detenerse en el hueco de mi clavícula.Entonces lo pensé mejor, hacia mucho que no me divertía de verdad con alguien que no fuera humano y decidí que si mi existencia podía llegar a su fin tenía que aprovechar el tiempo, así que me calle el hecho de que puede que el corriera mi misma suerte.
Alce la cabeza para apoyarla sobre su hombro mientras el recorría las curvas de mis caderas con sus manos, sus labios ascendían poco a poco hasta llegar a mi mandíbula, antes de que subieran mas me gire y entrelace mis dedos con sus largos cabellos. Sin mas rodeos se lanzo directamente a mi boca, besandome como si de verdad quisiera llevarse mi esencia con ese beso.
Sin saber muy bien como, llegamos hasta mi habitación y nos dejamos caer sobre la cama que se quejo al notar el peso de los dos. Ellery se despojo de mi camiseta sin apenas esfuerzo y con menos aun de la suya, y mientras notaba su tenso torso contra mi pecho me ocurrió lo único anormal a lo que estaba acostumbrada cuando llegaba a este tipo de situaciones: ese aguijonazo en el pecho.

Abrí los ojos lentamente y la luz del Sol me invadió, tuve que permanecer sentada hasta que mis ojos se acostumbraran a tanta luminosidad, obviamente me había vuelto a quedar dormida. Me puse a buscar a Ellery por la habitación para saber que le había parecido a Ellery mi extraño comportamiento, no lo encontré. Salí por la puerta para mirar en el resto de la casa, pero tampoco estaba, miré en la mesa de la entrada por si había dejado una nota o algo, nada. Se me hacía raro que se hubiera largado sin más, además teniendo en cuenta el hecho de que la situación de anoche le había costado varias décadas conseguirla desde que yo le había dejado. En realidad no me importaba nada de eso, pero tenía una curiosidad enorme por saber si era mi "compañero de maldición", pero si se había largado, supongo que sería problema suyo, de todas formas yo tenía otro as en la manga.
Una vez me hube vestido y arreglado salí hacia las grandes calles del centro de Londres, por el camino decidí pasarme a tomar algo al Hard Rock Café, lo de tomar el cafe era por guardar las apariencias, en realidad lo que me gustaba era el sitio. Y a continuación cogí el metro hasta la zona de Kengsinton, una vez allí recorrí un par de pequeñas calles hasta detenerme delante de una pequeña casa de color blanco, del estilo inglés, con su puerta victoriana y el tejado negro de pizarra. Di un par de pasos y llamé al timbre, seguramente ya habrían captado mi esencia. En centésimas de segundo ya habían abierto la puerta.
-¿Evangelina?
-Hola Aixa.-Ella me miraba perpleja, había pasado mucho tiempo desde nuestro último encuentro, aunque ella seguía exactamente igual, sus ojos marrones se clavaban con asombro en los míos y su pelo liso de color chocolate estaba ahora recogido en un moño.-¿Puedo pasar? tengo que hablarte sobre algo.
-S…sí, claro.-Se hizo a un lado para darme paso, la casa era grande, muy grande, tenía dos pisos comunicados con una gran escalera de madera y estaba decorada al más puro estilo victoriano. Aixa me condujo hasta el espacioso salón y me invitó a sentarme. La miré a los ojos, ambas habíamos sido compañeras de viaje durante al menos cuatro siglos, lo habíamos compartido todo, casa, legiones, batallas, hasta a Ellery. Y justo cuando habíamos decido trasladarnos a Londres, ella se "enamora" de Elathan, un "Duque" del Infierno propietario de treinta y seis legiones, no es que los demonios no podamos enamorarnos, podemos amar, pero no lo hacemos como los humanos, en cualquier caso, yo sabía que Aixa era codiciosa, muy codiciosa, y que no desaprovecharía sus oportunidades de subir un par de peldaños más en la jerarquía demoníaca. No pude evitar sonreír irónicamente cuando un día, simplemente por curiosidad, busqué algunos de los nombres de mis conocidos en Google y descubrí que el suyo significaba "la que eligió al de mayor autoridad", el destino es traicionero.
-Bueno, ¿de que querías hablar?-Yo sabía que su sorpresa venía desde nuestra última conversación, aquella en la que le juré que nunca le perdonaría que me abandonara. Decidí no irme por las ramas e ir directamente al grano.
-Estoy maldita.-Su expresión no se inmutó lo más mínimo, algo que no me sorprendió, hice una pausa.-Y puede que tu también lo estés.-Ahora si obtuve respuesta.
-¡¿Qué?!-Sacudió la cabeza y abrió mucho los ojos, notaba como sus nervios afloraban.-Pero, ¡¿como?!-Sus ojos me miraban, angustiados.
-Veamos…-comencé, serena.-¿Te has quedado dormida últimamente?
-Mmmm…-Alzó la vista, haciendo memoria.-No que yo sepa.
-¿Has sufrido mareos o alguna molestia extraña? ¿Como si te pesaran las alas por ejemplo?
-No, no, nada de eso.
-¿Estás segura?-Clavé mis fríos ojos azules en los de ella, esperando que no mintiera, ya que no sería bueno para ninguna de las dos.
-Completamente.-Sopesé sus respuestas durante un par de minutos antes de levantarme del sofá.
-En ese caso, siento haberte molestado, dale recuerdos a Elathan de mi parte.-Sin esperar a que ella se levantase me dirigí hacía la puerta principal.
-Carina, espera.-Me detuve, pero no me volví.
-¿Me perdonarás algún día?
Por toda respuesta salí de la casa.

Salía de la boca del metro mientras me preguntaba dónde podría encontrar a Ellery, tal vez si fuera él mi vinculante, tampoco tenía muchas más opciones. El gentío de Picadilly empezaba a agobiarme por primera vez cuando de repente sentí una esencia demasiado pura detrás de mí, me volví justo a tiempo para ver a Sandro caminando hacia mí. Sin dudarlo un segundo materialicé mi espada y corrí hacia él con la esparanza de poder atravesarle esta vez. Pero mi golpe fue bloqueado de nuevo, mi espada había sido interceptada por la suya y esta vez ni siquiera me había dado cuenta.
-Carina…
Volví a moverme antes de que pudiera seguir hablando, nos movíamos tan rápido que los dormidos ojos humanos no podían vernos, los choques de nuestras espadas se veían sofocados por el ruido del tráfico y el gentío, intenté atravesarle una y otro vez, pero él endemoniado ángel solo se limitaba a bloquear todos y cada uno de mis golpes, y yo cada vez me sentía más cansada. Finalmente, con un golpe maestro, Sandro me arrebató la espada y me arrinconó de rodillas y con la espalda contra la enorme fuente de la plaza, apuntándome con su espada celestial al cuello.
-Estamos malditos, Carina.

CONVERSATION

1 comentarios:

  1. Guau, me acabo de leer toda la historia y me ha encantado, quiero saber que pasa!!! a donde se fue Ellery? quien los maldijo? ahhhhh por favor publica lo mas pronto posibleee. Cudate, besos, adios :D.

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