Secretos a Gritos- Capítulos 1 y 2

Debo decir (con mucha verguenza) que no he conseguido encontrar la continuación de "A Dos Pasos del Infierno" por tanto aqui os dejo otro relato y, segun yo, algo menos sustancioso, pero pese a todo creo que lo disfrutareis. ¡Feliz Lectura! :)

Capítulo 1
Lunes, agobiante y fastidioso lunes, obviamente el peor día de la semana. Me dejo caer sobre mi silla color verde oliva y desplomo la cabeza sobre las palmas de mis manos, el examen había acabado y ya podía cruzar los dedos. En ese momento noto como la silla de mi derecha cede bajo el peso de alguien a quien no necesito mirar para saber quién es.
-¿Qué tal ha ido el examen?-La voz de Andreu suena cercana, pero se nota que no necesita que le conteste para saber la respuesta. Alzo la cabeza y le miro.
-Ha sido una mierda.-Le digo apretando los labios y asintiendo, como si no tuviera importancia. Andreu es un par de centímetros más alto que yo, algo por lo que siempre discutimos peleando por quién es más alto. Es de complexión delgada, a conjunto con su rostro, del que destacan dos ojos color avellana y pequeños trazos verdosos, recubiertos por unas largas pestañas que cualquier chica mataría por tener, me atrevería a decir que es mono, si no fuera por que es mi mejor amigo.
-Venga Laura, cállate.-Dice mientras ladea la cabeza.-Seguro que ha ido bien.-Afirma a sabiendas de que saco notas aceptables para lo poco que estudio.
-Ya, eso espero-digo, suspirando.-No puedo permitirme empezar mal el curso.-Miro de nuevo a la mesa y empiezo a dibujar círculos con el dedo.
-¿Esta tarde haces algo?-Pregunta Andreu repantigándose para poner su cabeza a la altura de la mía.
-Es lunes.-Ambos sabemos que el lunes es el único día libre que tengo por las tardes, quitando el sábado y el domingo obviamente, ya que el resto de los días estoy ocupada con actividades extraescolares.-No, no tengo nada que hacer.
-Había pensado que podíamos ir a comer al McDonal’s, ya sabes, Ali tu y yo. –Alzo la cabeza con ánimo. Nuestro grupo de amigos es grande, pero para mí somos Ali, Andreu y yo, el trío de amigos.
-¡Sí, sí!-digo emocionada por el plan.-¿Ya se lo has dicho a Ali?
-Sí, al salir de la clase vamos los tres hacia allí.
Después del examen solo tenemos una clase más, así que al acabar pasamos por la taquillas para dejar y recoger cosas y luego nos dirigimos hacia el Paseo, ya que en mi ciudad no hay demasiadas cafeterías interesantes siempre acabamos aquí.
Me acerco al mostrador y pido mi comida, y luego espero a que Ali y Andreu hagan lo mismo. Después subimos y nos sentamos en nuestro sitio de siempre. Mientras comemos hablamos y reímos al tiempo que le doy manotazos a Andreu cuando intenta robarme patatas. Concentro mi atención en el McFlurry que tengo entre las manos cuando Ali dice:
-Laura, tenemos que contarte algo.-Miro a mi amiga, su cabello negro le cae liso sobre sus hombros, rodeando su rostro ovalado y delgado, sus ojos marrones oscuros reflejan una expresión que no llego a comprender, está sentada delante de mí y cruza sus largas y delgadas piernas.
-¡Uy!¡Venga contad, contad!-Exclamo mientras dejo el helado y me inclino sobre la mesa.-¿De quién es el cotilleo?
-Nuestro.-Dice Andreu, en un tono algo tímido. Entonces me doy cuenta de que están sentados muy juntos, y de que la mano de Andreu descansa sobre la de Ali mientras entrelazan sus dedos.
-Oh…-digo, frunciendo el ceño.-¡Oh! Bueno, ¿vosotros…?-Hago un gesto con la mano para señalarlos al uno y al otro.
-Sí, supongo que sí.-Contesta Ali mientras esconde el rostro en el hombro de Andreu.-No te importa, ¿verdad?
-¿Importarme?-Digo mientras recupero mi helado.-¡Qué va! ¿Por qué tendría que importarme?
-No sé.-Dice Andreu.-No sabíamos como ibas a reaccionar.
-Hombre, no me lo esperaba la verdad-rio-¡pero me alegro mucho por vosotros!-Sonrío con la sonrisa más falsa que tengo.
Pero en cierto modo me alegraba, sabía que Ali no había salido con nadie desde… desde aquello. Cierro los ojos, “no, ahora no” me obligo a respirar hondo y a continuar caminando junto a mis amigos acaramelados hacia la parada del bus. Cuando el cinco pasa me despido de ellos y subo, dejándolos solos.
Al entrar en casa saludo, no hay nadie, mamá habrá llevado a mi hermano a entrenar y papá seguirá trabajando. Arrastro los pies por el pasillo y cuando llego a mi habitación tiro la mochila al suelo y me dejo caer sobre la cama, haciéndome un ovillo.
Normalmente intento contener la tormenta que me invade, cargándome de dolor, pero a veces llega sin avisar y no soy capaz de controlarla, y el torrente de imágenes asalta mi mente. Veo a mi madre, con el teléfono en la mano y derrumbándose, dejándose caer de rodillas y mojando la superficie embaldosada con sus lágrimas saladas, y a mi padre, quitándole el teléfono y agarrándola entre sus brazos. Y después veo el mar, un mar tranquilo y sereno, y yo, con un bote vacío entre las manos. Y después de eso, solo oscuridad.
-Laura, ¿te encuentras bien?-Mi madre se inclina sobre mi cama y me mira, yo asiento.
-Sí, solo me duele un poco la cabeza.-Luego observo como mi madre se mueve en la penumbra murmurando algo más que no entiendo y cierra la puerta tras ella, para volver a dejarme en la oscuridad, cierro los ojos mientras hago caso omiso del móvil que vibra en el bolsillo de mi mochila.

-¿Por qué no me cogiste ayer el teléfono?- Ali me alcanza en el pasillo del instituto, lleva una camiseta lila, sus acostumbrados vaqueros y las converse negras. La miro.
-Tu nunca me lo coges, así que no puedes hablar.-Ella me da un manotazo en el hombro y las dos reímos.
-Ahora enserio,-dice-quería saber si de verdad te tomaste bien lo de Andreu.-La miro de nuevo, Ali me conoce mejor que nadie, pero últimamente he mejorado mis habilidades para mentir.
-Pues claro que me lo he tomado bien, ya te lo dije, no tengo motivos para no alegrarme.-Sonrío, intentando ser convincente mientras entramos en clase.-Además, creo que te irá bien después de lo de…-Trago saliva, había pronunciado su nombre montones de veces, pero después de lo de anoche no me siento capaz.
-¿Lo de Xisco?-Ali lo pronuncia con toda naturalidad y yo asiento.-No te preocupes, Laura, puedes decirlo. Ya lo he superado.-Sonríe y justo después suena el timbre para que entre la profesora de inglés y todos nos precipitemos a nuestros sitios.
María José me saluda y saca su cartapacio para tomar apuntes. Yo la saludo también, pero me inmerso de nuevo en mis pensamientos. No puedo evitar recordar la historia de Xisco una y otra vez, la he oído de miles de bocas diferentes: la policía, la televisión, padres, amigos y conocidos, pero para mí, la que más vale es la de Ali, su novia.
En el viaje de estudios del año anterior todo el curso de mi clase nueva había viajado a los pirineos para esquiar durante un par de días. Ali y Xisco no se despegaban, ambos estaban enamorados el uno del otro. Pero un día él estaba haciendo snowboard, al parecer de forma temeraria, se acercó demasiado a un barranco, y cayó.
Contengo la respiración y me alegro de que Ali piense que no he dicho su nombre por miedo a su reacción, y no por la verdadera razón, que él era mi hermano.
Obviamente nadie en mi clase sabe eso. Cuando comentaron lo del apellido y el parecido me dediqué a encogerme de hombros y decir: “coincidencia”. También tengo la suerte de que mi hermano mellizo era muy reservado, nunca nos presentaba a sus amigos ni los traía a casa, apenas mencionaba a su familia. Los dos nos llevábamos genial, yo se lo contaba todo y él siempre me apoyaba, pero él solo me hablaba de Alli, según él, por que es la única persona digna de mención.
Cuando Xisco murió averigüé que había habido un testigo del accidente, al parecer, un conocido, ya que quiso mantenerse en el anonimátum, pero mis padres me dejaron al margen y no me contaron nada más.
Cuando me enteré de que la investigación se había cerrado sin resultados les pedí a mis padres que me cambiaran de mi antiguo colegio al instituto de mi hermano, “quiero sentirme más cerca de él” les dije, aun que la verdadera razón era que necesitaba respuestas. Pocos días después comencé las clases en la clase de mi hermano mellizo consiguiendo que ni el director o los profesores revelaran nuestra familiaridad.
Durante dos meses indagué y pregunté sobre el accidente de mi hermano, pero intentando no levantar sospechas. Pero nadie sabía nada excepto que había un testigo cuyo nombre se desconocía y el resto simplemente contestaba que estaba muy dolido como para hablar del tema.
Al cabo de un par de meses dejé de preguntar y me dediqué a ser amiga de mis amigos, a integrarme en el instituto nuevo y a mantener mi secreto.

La sexta hora ya ha acabado y yo espero junto a María José a que la tutora llegue. Los martes no son nada especial y la hora de tutoría es la más relajante de todas las clases aburridas de ese día. En cuanto Marta, la tutora, entre en clase el resto de mis compañeros se sientan.
-Silencio, por favor-nos pide- tengo una noticia que daros. La semana que viene llegará un nuevo alumno a clase.
Tan pronto como suelta la bomba la clase estalla en un alboroto con las preguntas del tipo: ¿cómo se llama? ¿de donde es? ¿será guapo? La última incorporación que tuvo el instituto fue la mía, y tampoco fue nada del otro mundo.
-Lo único que sé es que se llama Jesper, y que viene de in pueblecito inglés.-Otro alboroto.-Shhh…silencio. Ahora poneros a hacer vuestras cosas.
Tan pronto como bajo la mirada a mi cuaderno Maria Jose me da unos golpecitos en el hombro para llamar mi atención.
-¿Cómo crees que será?¿Crees que estará bueno?-Me dice con unos ojos expectantes.
-Pues no lo se, más le vale.-Las dos reímos.
-Bueno, es inglés, de los que te gustan a ti, además serás la que tendrá mas oportunidad de comunicación.-Me guiña un ojo y me da un codazo. Y antes de que pueda contestar Andreu se gira sobre su asiento y dice:
-Ya estáis con los mismo, típico.-Nos dice a amabas mientras pone los ojos en blanco.
-Si no te gusta, no escuches.-Le contesta Mari con esa amabilidad suya tan especial.
-Tranquilo Andreu, seguro que no esta tan bueno como tú.- Me río.
-Lo sé, lo sé.-Me contesta él, haciendo gestos con la cabeza, como si alguien estuviera adorándole.
-Anda, cállate y haz tus cosas.-Le dice Mari, a lo que él contesta sacándole la lengua antes de girarse.
Mari y yo seguimos especulando hasta que se acaba la hora, presiento que esta semana va a ser larga.












Capítulo 2
Miércoles, estoy leyendo Hermosas Criaturas cuando llaman al interfono. Me levanto del sofá para adentrarme en la cocina y descolgar el telefonillo.
-¿Si?
-Soy yo, ábreme.-Sonrío para mis adentros y pulso el botoncito azul que abre la puerta del portal para a continuación ir a abrir la puerta principal. Observo como poco a poco el ascensor se abre y Marina sale de él.
-Venga recoge tus cosas y vámonos.-Dice después de haberme dado un abrazo.
-¿Por qué te molestas en subir si ya nos tenemos que ir?-Le digo riendo.
-Calla y ve a por tus cosas.-Vuelvo a reír mientras voy a mi habitación. Marina, mi mejor amiga fuera de la clase, la gente dice que nos parecemos, tenemos el mismo tono rubio oscuro de pelo y la misma tez pálida, pero ella es más alta que yo y su pelo más corto, sus ojos son marrones, al contrario que los míos, que son azules. Ella era la única persona que conocía mi secreto.
-Bueno, ¿hay novedades?-Dice ella, ya hemos salido y vamos hacia la academia de baile y, como siempre, llegamos tarde.
-Ali y Andreu han empezado a salir.-Le digo con indiferencia.
-¿¡Enserio!?-Contesta ella.-Vaya, no me lo esperaba. Y tú, ¿cómo estás?-suspiro, otra igual.
-Pues bien, ¿cómo voy a estar?-Le contesto con un tono algo recriminatorio.
-No sé-se encoge- Xisco era tu hermano y Ali su novia. Y Andreu tu mejor amigo, ¿eso no debería molestarte?-Había dado en el calvo, como siempre.
-No, creo que es bueno.-Digo.-Lo es, ¿verdad?
-Dímelo tú.-Dice mientras se quita el auricular antes de empujar la puerta de la academia, como hace siempre.
De vuelta en casa estoy tirada en el suelo frío de la cocina con una coca-cola en la mano, Diva nos ha machacado y empiezo a notar las agujetas por todo el cuerpo. Me miro en el espejo reflejo del horno, mi cabello empapado me cae hasta la altura de los codos y la piel blanca de mi rostro arredondeado por esos mofletes que tanto odio, está blanca, resaltando así mis ojos.
Por fin me decido a levantarme y a meterme bajo la ducha mientras sigo intentando convencerme de que todos estos cambios son para mejor.

El resto de la semana no resulta ser tan lenta como yo creía. Pero eso sí, todo el mundo está con el mismo tema: el chico nuevo. Los chicas deseando que sea guapo, los chicos deseando que no lo sea, ella rezan para que no tenga novia y ellos anhelan que tenga una hermana a la que poderse ligar.
Y por fin llega el esperado día, es lunes de nuevo y todo el mundo ha llegado con la misma pregunta en la boca: ¿Dónde esta?, pero no hay rastro del chico nuevo. Entonces suena el timbre y aparece.
Entra en el aula de forma segura, con la cabeza alta, mira en todas las direcciones en busca de una silla vacía. En lo primero en lo que me fijo es en su pelo, rubio natural de mechas oscuras, típico inglés, al igual que su tez pálida, pero no puedo determinar el color de sus ojos.
Al ver las caras de todas mis compañeras se que todas están pensando lo mismo. ¡por favor que no tenga novia! Y es que el chico es mono, demasiado mono como para estar disponible, así que intento no demorar mi mirada en él.
Pero no puedo evitar mirarle de nuevo cuando le veo moverse, con todas las miradas sobre él, y sin que parezca importarle se desplaza hacia un lado de la clase y se sienta en la mesa vacía contigua a la de Nadir, sin ni siquiera mirar a ninguna de las esperanzadas chicas.
Todos intentamos hacer lo de siempre cuando Alba se levanta y se dirige hacia él. Todo el mundo sabía que Alba era la “provocadora” de la clase, por decirlo de algún modo, a mí no me caía mal, pero a veces sus intenciones se veían más que claras.
Observo como Alba se mueve entre las mesas hasta llegar a la de Jesper, se sienta encima y cruza sus largas y delgadas piernas mientras sonríe. Veo como Jesper le corresponde con otra sonrisa, quizá menos provocativa y luego Alba se inclina para darle dos besos, dejándole ver su pronunciado escote. Aunque para mi sorpresa, Jesper no aparta la mirada de su mesa, “tiene novia, seguro” pienso, es la única explicación que encuentro, así que si me planteé alguna vez cualquier acercamiento, ya podía olvidarlo, además, seguro que era un capullo.
Entonces la profesora de sociales entra en aula y pasa lista, para a continuación percatarse de nuestro nuevo componente.
-¡Uy! ¡Si tenemos un nuevo alumno!-Dice.-¿Cómo te llamas?
-Jesper.-Contesta él, con un tono de voz dulce y una sonrisa amable.
-¿Por qué no vienes a presentarte, Jesper?-El aludido se levanta y se pone frente a la clase, con una expresión de seguridad en el rostro, algo bastante extraño ya que, en mi primer día deseé que la tierra me tragase cuando la profesora me hizo salir ante la clase.
-Bueno, me llamo Jesper-empieza, había esperado el típico español con un acento inglés demasiado llamativo, en su lugar solo encontré un español perfecto- tengo 16 años y hasta ahora vivía en Chichester, Inglaterra-oigo unas risillas apensa audibles cuando lo pronuncia, pero él hace caso omiso de ellas-con mi padre, y ahora me he mudado aquí para vivir con mi madre.-No solo es guapo, si no que viste bien, algo difícil en los chicos. Lleva nos vaqueros holgados y unas converse blancas, a conjunto con una chaqueta blanca al más puro estilo británico.- Me gusta el esquí, la música y el baloncesto.-Después de eso sonríe y vuelve a su asiento.
La profesora empieza a explicar y yo intento que no se note mucho que no estoy escuchando, pero no me sale nada bien. Miro a Jesper, quien sobrevuela la clase con una mirada calculadora y se para a mirarme, sonríe. Sus ojos son azules.

No he tenido otro contacto con Jesper desde que aquella vez en la que me pilló mirándole descaradamente. Parece una persona sociable ya que se acerca a todos los chicos y estos le acogen de buena gana. A cuarta hora por fin consigo hablar con Mari.
-Bueno, ¿qué te parece el chico nuevo?-Me dice dándome un codazo y señalándole con la cabeza.
-Es guapo.-Le contesto mientras acabo de copiar la frase de la pizarra.
-Está buenísimo.-Levanto la vista y miro al otro lado de la clase, Jesper está cuchicheando algo con Nadir mientras ambos copian lo que está escrito en la pizarra. Mari tiene razón, está buenísmo, y por eso se que es imposible, Jesper levanta la cabeza y mira en mi dirección, a lo que respondo girando la cabeza hacia mi cuaderno mientras oigo a Mari reír por lo bajo.
-Menuda pillada-se sigue riendo para después mirando por encima de mi hombro.-Está sonriendo.-Y entonces me sonrojo sin poder evitarlo, Mari cambia de tema.
-El caso es que está demasiado bueno, pero ya no tengo tiempo de pensar en eso.
-¿Desde cuando tú no tienes tiempo para pensar en eso?-Le digo riéndome de ella e intentando con todas mis fuerzas no mirar hacia atrás. Mari sonríe.
-Estoy empezando a salir con Mat.-Me susurra.
-¡¿Qué?!-Digo, demasiado alto, ya que todo el mundo se gira para mirarme, lo que hace que me sonroje de nuevo, y que el profe me mire con cara de pocos amigos.-Lo siento.-Digo y Mari vuelve a reír por lo bajini.-Cállate y cuenta.
-Pues eso que estoy saliendo con Mat.-Mat es un chico dos años mayor que nosotras del cual Mari lleva colgada más de un año. Yo también tuve mi época de amor platónico, aunque en eso se quedó.
-Pero, ¿cómo ha ocurrido?-Lo lleva claro si cree que me va a dejar así.
-Hablamos un par de veces, empezamos a quedar y este fin de semana me lo pidió.-Mari lo dice como si nada, pero yo se que está que no cabe en ella de gozo.
-Menuda suerte que tienes.-Mari sonríe ampliamente y vuelve a concentrarse en sus apuntes. Y no puedo evitar darme cuenta de que todos mis amigos se están emparejando.

Y es que la escena de Ali y Andreu besándose en el patio del instituto me lo confirma. Me acerco a ellos y carraspeo, los dos se separan algo incómodos y yo sonrío, haciéndoles ver que no me importa pero a la vez que no pienso hacer de carabina.
-Hola.-Me dice él mientras sonríe y los tres nos sentamos en las escaleras más cercanas.-¿Qué os parece el chico nuevo?-Resoplo, no me gusta que lo llamen así, ya que a mí me molestaba que me llamasen “la chica nueva” cuando llegué.
-¡Si! Es guapo, ¿verdad?-Ahora me habla a mí y yo asiento mientras Andreu carraspea, pero le ignoramos.-Además de simpático.
-¿Has hablado con él?-Pregunto, frunciendo el ceño.
-Sí, me ha caído bien.-contesta ella, a lo que Andreu responde entrecerrando los ojos, Ali le da un manotazo y el se ríe.
-Vale, yo también he hablado con él y también me ha caído bien.-Miro a lo lejos mientras ellos siguen hablando, al parecer soy la única que no ha hablado con Jesper.

Pasan las semanas y el interés por Jesper cae mientras que el nivel de estrés por los exámenes sube. Estoy en clase, es miércoles y la profesroa de sociales no ha venido, por lo tanto tenemos libre y aprovecho para acabar un trabajo.
Me levanto de mi silla y me acerco a la mesa de Nadir. Cuando llego no puedo evitar mirar a Jesper de refilón, no se por que pero han conseguido que empiece a cogerle manía.
-Nadir-digo, entonces puedo notar como un compañero alza la cabeza- ¿puedes darme la parte del trbajo que te dejé ayer?
-Sí, lo tengo en la taquilla-dice mientras se levanta-espera aquí y voy a buscarlo, no te muevas.
Yo asiento mientras veo como Nadir le pide permiso al profesor de guardia para salir y a continuación se dirige hacia la puerta. Sin pensarlo me siento en la silla de Nadir, sin saber muy bien por que lo hago y espero.
-Hola.-Giro la cabeza, Jesper a dejado el boli encima de su cuaderno abierto y esta girado hacia mí.-Soy Jesper, aunque supongo que te habrás dado cuenta con todo el alboroto.-Se ríe entre dientes, sé que lo ha dicho con amabilidad pero no puedo evitar que su comentario me suene un tanto prepotente.
-Laura.-Sonrío, pensando en añadir algo más.
-Lo sé.-Dice él sonriendo aún. Estoy apunto de decirle que será mejor que se calle, pero él cambia de tema.-Me han dicho que has estado en Brighton.-Frunzo el ceño, estoy segura de que Ali está detrás de eso, al ver que tardo en contestar añade:-Me encanta Brighton, veraneo allí desde que tengo diez años.-Sonríe.
-¿Debo suponer entonces que tienes un lado gay?-Ahora sonrío con ganas, Brighton es donde se concentran la mayor parte de los gays de Inglaterra. No se lo esperaba, así que se limita a reír entre dientes, y antes de que pueda seguir hablando llega mi salvación.
-Toma Laura, tu trabajo.-Nadir está detrás de mí y me tiende mi trabajo.
-Gracias.-Lo cojo y me levanto para dirigirme hacia mi mesa.
-Ya nos veremos.-Dice Jesper, ya recuperado de mi comentario. “Pues claro que nos veremos idiota, vamos a la misma clase” pienso, aun que obviamente no se lo digo, en el fondo no quiero que piense que soy una borde.
-Claro.-Sonrío.

CONVERSATION

4 comentarios:

  1. primeeer!! =)
    está muy muy bien, de verdad, sigue subiendo tus relatos, están genial! Un beso!

    http://plumasdetinta.blogspot.com

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  2. Interesante! Mañana sigo con el segundo capítulo.
    Pero lo que está claro es que en la fila 7 he encontrado 10&7 carácteres.
    Curioso¿no? ;)

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  3. gracias por el apoyo beth! :D el viernes segiré subiendo y me pasare tmbb x tu blog :
    Polonia: la verdad es qe si qe es curioso! :O debes ser hábil con los numeros jaja ya me dirás qe te parece el segundo capítulo ;)

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  4. Buaaaaah,me ha encantado!
    Aunque no tanto que no contaras lo de tu hermano eh..
    -“Pues claro que nos veremos idiota, vamos a la misma clase” pienso-
    si tio,vaya subnormalin eh..jajajja El mejor personaje es ali y aqui tengo las respuesta a lo que hablabais andreu y tu ajaja
    giveme moree.

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